lunes, 30 de junio de 2014

SUPERMAN VOL. III Nº 32: ESCALA Y ALCANCE

Superman Vol. III Nº 32. Guión: Geoff Johns. Dibujos: John Romita Jr. Tintas: Klaus Janson. Color: Laura Martin. Portadas: John Romita Jr. (regular y alternativas), Ant Lucia (alternativa). Editor: Eddie Berganza. 32 páginas a todo color. DC Comics. ISSN: 2164-8425. EE.UU., agosto de 2014.

Superhombres puede haber muchos, pero Superman debería haber uno solo. Por lo que significa como parámetro para el ficticio Universo DC, pero también por lo que representa fuera de él. En ambos casos, uno de los ejemplos a seguir a la hora de entender el rol y la motivación de un personaje superpoderoso, la vara con la que mensurar los conceptos y la esencia definitoria de lo superheroico, la figura paterna a matar antes de seguir cualquier tipo de camino propio. Soy de los que creen que el mejor Superman de los últimos tiempos fue el Supreme de Alan Moore, así que soy de los que creen que DC no ha estado a la altura del ícono a su cargo y, por lo tanto, soy de los que se acercan a esta necesaria refrescada con altas expectativas.


Más aún cuando la parte gráfica corre por cuenta de John Romita Jr., uno de los pocos artistas norteamericanos que maneja la majestuosa grandilocuencia que le corresponde a un semidios cuando pone en juego el verdadero tamaño de su poder; y es capaz de bajarlo al papel con el espectacular sentido narrativo que uno asocia, inconcientemente, con el imaginario hollywoodense que se busca representar. Rara avis de la industria superheroica, Romita Jr. sabe cuándo garpa ser más que humano y cuándo garpa mostrar el costado más humano de lo superhumano.


Y, por lo que pude ver en este introductorio Superman Vol. III Nº 32, el guión de Geoff Johns está escrito pensando en estas cualidades de Romita Jr.; y en lo bien que van a hacerle al longevo paladín el máximo aprovechamiento de estas cualidades. De ahí, supongo, que el trasfondo de la aventura sea el estudio de la naturaleza del Hombre de Acero, el abordaje de su unicidad dentro y fuera de las viñetas. Rescatando aquello que lo hace inmediatamente reconocible hasta para quien no lo conoce (si algo así llegara a ser posible en esta cultura globalizada): Su faceta como periodista y el mundillo laboral del diario El Planeta, su amistad con Jaime Olsen y su interés romántico por Luisa Lane, su opción por el Bien y la Justicia, con mayúsculas y en abstracto (como corresponde a su tradición imperialista).


Además de reestablecer el status quo de la licencia, Johns y Romita Jr. retoman las raíces que el superhéroe comparte con la mitología grecoromana y la fe cristiana, entablando un paralelismo entre el origen de Superman y el origen de un nuevo y misterioso superhombre, primer paso para empezar a desandar el camino de semejanzas y diferencias entre las copias y el único e indivisible original. Algo que se conecta directamente con los dos principales significados que guarda el vocablo anglosajón alien, que sirve para representar aquello que en castellano entendemos por alienígena o por extranjero. Una doble condición que la idea de Superman subsume y que éste Superman en particular pareciera traducir en una interesante cuota de aislamiento (impuesto y autoimpuesto), revelando la existencia de un complejo universo interior por explorar.


Bastante (demasiado diría yo) para la primera jornada de reacomodamiento del stock simbólico del superhéroe que forjó y definió el género tal como lo conocemos hoy día. Con talento y compromiso, Johns y Romita Jr. le devolvieron al Último Hijo de Krypton la escala y el alcance de su historia y su legado. Queda por ver qué hacen con ello.
Fernando Ariel García


John Romita Jr.

Ant Lucia

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