lunes, 26 de mayo de 2014

BATMAN ’66 MEETS THE GREEN HORNET: DOS POTENCIAS SE SALUDAN (DE NUEVO)

Batman ’66 Meets the Green Hornet Nº 1 (de 12). Guión: Kevin Smith y Ralph Garman. Dibujos: Ty Templeton. Color: Tony Aviña. Portadas: Alex Ross (regular), Michael y Laura Allred (alternativa). Editor: Jim Chadwick. 100 páginas a todo color. DC Comics / Dynamite Entertainment. EE.UU., 21 de mayo de 2014. 

Ya lo dijo el filósofo contemporáneo Silvio Soldán: No puede haber tanta maldad. Está la Tía Harriet, está el busto de Shakespeare, está O’Hara con esa cara de… O’Hara, está la campana sanguchera para el Batifono. El mundo es ese mismo mundo bonachón y naif, de estridencia pop y lookete beatnick, claramente dividido entre buenos y malos, donde los malos son más pícaros que malos. Se alcanza una recreación exacta a nivel gráfico de rostros y decorados; de la dinámica y retórica de los personajes. Si hasta mencionan a Londinium!!!!!! Y, sin embargo, en el primer número de esta deliciosa, exuberante, iridiscente, retroactiva Batman ’66 Meets the Green Hornet, no aparecen ni Batman ni el Avispón.


Sí están, en equilibrio constante, Bruno Díaz, Ricardo Tapia, Britt Reid y Kato, con las facciones y los modismos teatralmente afectados de Adam West y Burt Ward; y las facciones y modismos cinematográficamente contenidos de Van Williams y Bruce Lee. Porque si algo respeta y recupera esta historia firmada por Kevin Smith, Ralph Family Guy Garman y ese incomparable animal gráfico llamado Ty Templeton, es el balance alcanzado y explotado por el mítico cruce televisivo del Hombre Murciélago y el Avispón Verde en el histórico episodio doble de la temporada 1967 del Batman de Adam West, el mejor Batman audiovisual de todos los tiempos.


Secuela de la aventura catódica que transformaba en estampillas gigantes a los cuatro paladines, Batman ’66 Meets the Green Hornet está compuesta por doce entregas digitales quincenales que, a partir del 1º de junio, conocerán su versión en soporte papel. Como es (sana) costumbre en la versión digital de Batman ’66, los cuadritos proponen una limitada interactividad que pretende crear la sensación de animación. Un recurso que (a mi entender) ni le suma ni le resta, pero forma parte de la narración y no molesta.


El plato fuerte de esta entrega viene dado por el contrapunto entre Bruno Díaz y Britt Reid, sobre todo porque profundiza un poco más en la relación preexistente de los personajes, de acuerdo con lo que dejaban entrever los capítulos de la tele. Y de esta anécdota se agarran Garman y Smith (mucho más certero aquí que en sus cómics en solitario de The Green Hornet) para empardar las sensibilidades bien diferentes de las dos series: El tono pretendidamente seco y realista (o todo lo realista que permita la existencia de un vigilante vestido con un sobretodo verde) del Avispón; y la ostentosa irreverencia kitsch que ha hecho de Batman el rey de la estética camp.


El resto es promesa de diversión asegurada a futuro. Un asunto con fósiles a bordo de un tren será el disparador para que los dos millonarios (y sus respectivos ayudantes) se calcen los uniformes hoy ausentes, crucen un par de patadas ninja; y se unan para enfrentar y derrotar al conocido Coronel Gumm (interpretado por Roger C. Carmel en el doblete televisivo), ahora ascendido a general y con superpoderes aggiornados. Siempre, como corresponde, derramando ridículas sentencias moralizantes por el camino.
Lo mejor está por venir. A la misma Batihora y por el mismo Baticanal.
Fernando Ariel García

Ilustración para la portada alternativa de Mike y Laura Allred

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