martes, 14 de enero de 2014

LO MEJOR DE MAITENA: MUJERES AL BORDE DE UN ATAQUE DE NERVIOS

Lo mejor de Maitena. Autora, portada y diseño: Maitena. 272 páginas a todo color. Editorial Sudamericana. ISBN: 978-950-07-4661-8. Argentina, noviembre de 2013.

Gran lomo. Tanto, que me jugaría a decir que es el mejor lomo del año. Del que se fue y del que recién empieza. Lo cual habla de la sintonía entablada entre forma y contenido, entre el afuera y el adentro de este libro, Lo mejor de Maitena, que reconoce en la obsesión femenina por las formas del cuerpo (y la distribución de los kilos en ese cuerpo), una de las patas que define la conflictiva y estimulante relación que las mujeres entablan con(tra) ellas mismas. Antes, claro, de generar lazos con hijos, esposos, amantes, suegras, amigos, compañeros de trabajo, colegas, peluqueros, extraños, otras mujeres en su misma situación.

Selección realizada por la propia Maitena sobre el material que produjo para sus tres trabajos más populares y representativos, Mujeres alteradas, Superadas y Curvas peligrosas, el resultado final (prejuicio masculino incorporado) pareciera exponer el mecanismo neuronal de cualquiera de las mujeres que aparecen reflejadas en estas páginas. Anárquico, mezclando épocas y estilos, ocupado en cuestiones existenciales afines a la maternidad, el sexo, la edad, la moda, el consumo, la soledad, la depilación, todo junto y todo al mismo tiempo. Presionada por la tiranía (interna y externa) de los preceptos modernos que la obligan a ser bella, inteligente, divertida, exitosa, buena en la cocina y mejor entre las sábanas.


Biografía de las neuras femeninas de los ’90, vistas desde la madurez que aporta el paso (y el peso) de dos décadas, las historietas y el humor gráfico de Maitena (con los títulos más cortos, algunos globos y cuadritos eliminados, de acuerdo con lo que firma la autora en la contratapa) retratan quirúrgicamente las problemáticas, las preocupaciones y los puntos de vista de las mujeres de clase media en ámbitos domésticos, mientras siguen reflejando las conductas sociales y los comportamientos contemporáneos aún vigentes. La insatisfacción, el estrés, la angustia, la indecisión, los celos, las envidias, las compulsiones, pero sobre todo el deseo y la culpa. La búsqueda del amor y la felicidad, como si fueran la misma cosa.


La mirada, tierna y satírica, crítica y ácida, guarda cierta amargura nacida de la desesperación de ser quien nos ha tocado ser, pero mediada por la capacidad para reírse de uno mismo, con uno mismo y con los demás. Marca de fábrica del estilo Maitena, de la franqueza con que aborda los tópicos que bombardean la autoestima del mal llamado sexo débil, moldeando estereotipos que buscan replicar mujeres reales, de carne y hueso (y silicona y metacrilato y bótox). La asociación primaria del inconsciente colectivo mayoritario a la hora de definir lo femenino, que no lo feminista.


Y si a nivel estructural de la narrativa predominan los temas por sobre los personajes fijos es porque, en cierta medida, todas esas mujeres que se alternan son facetas de una única mujer, que puede ser tanto la autora como la lectora. Y es que, a pesar de los distingos entre una y otra, a todas pareciera ocurrirle lo mismo; y a todas pareciera afectarlas de la misma manera. La aglomeración de situaciones, que no es otra cosa que el incesante bombardeo de los mandatos culturales por sobre el cuerpo y la psiquis del género humano, cuando lo que está en construcción es la definición de una identidad inclusiva y respetuosa de las diferencias.
Fernando Ariel García

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