viernes, 13 de enero de 2012

EL GATO NEGRO Y OTRAS HISTORIAS: LO ESENCIAL ES VISIBLE A LOS OJOS

Lo escribí en el prólogo de este libro y, si se me permite, quisiera repetirlo aquí, porque me parece fundamental para entender qué hizo Alberto Breccia con la materia prima que Edgar Allan Poe pareciera haber escrito pensando en sus capacidades gráficas. Más que adaptaciones, Breccia se apropió de los textos fundamentales del padre de la moderna literatura fantástica y policial para reescribir sus pulsiones internas, traducir cada una de sus palabras en imágenes viscerales e inolvidables, en ondas que continúen repercutiendo más allá de los tiempos. Si Poe es la palabra, Breccia se presenta como su eco amplificado.



Un eco que es más (mucho más) que una simple repetición mecánica. Durante toda su vida, Breccia adaptó textos literarios de diferentes espacios y latitudes. Y si bien a todos los hizo suyos, con Poe se permitió ir un poco más lejos. Renunció a los límites formales que podía imponerle la obra original, para hacerla entrar en frenético diálogo con el tiempo histórico que le tocaba atravesar. Abordando estos textos literarios popularmente canónicos como si del diario del día se tratase, Breccia hizo de la voz de Poe el pincel con que retratar el clima de época de la Argentina que va de los ’70 hasta 1992, un año antes de su muerte. Elección de arte y elección de vida, escenario donde montar los hilos de la comedia y el drama como síntesis de la naturaleza humana. No en vano las elecciones plásticas del artista consumado pasearán por los arrabales del grotesco rioplatense y el expresionismo alemán, dos de los verbos que Poe supo conjugar por adelantado.



Con la llave que abre la puerta de Poe, Breccia pudo descender, peldaño por peldaño, hasta las mazmorras de la consciencia, por debajo del sótano del alma. Con El gato negro, El extraño caso del Sr. Valdemar, William Wilson (ambientado en Mataderos, impecable guión de Guillermo Saccomanno), La máscara de la Muerte Roja y El corazón delator, los cinco prisioneros que libera este libro de hermosa manufactura, Breccia vuelve a ejercer el trabajo de tripero que nunca abandonó. Cambiando la mierda física por la metafísica, devela lo esencial, lo hace visible a los ojos. Allí aparecen, entonces, la vida en permanente estado de inseguridad, la violencia política, la ominosidad de la muerte perpetua, la antesala del Infierno, la corrupción de la carne como contraparte de la degradación del espíritu. El hálito final, antes del final de todos los finales. Siempre implícito, nunca explícito. Porque Breccia interpela la inteligencia del lector, y hace que cada lector escoja el rostro (la máscara) que prefiera.


En estas páginas, lo simbólico se yergue con una potencia avasallante. Los pequeños o grandes crímenes que aquí se narran se vuelven manifestaciones suicidas de lo poco que nos va quedando de humanidad. Traspasando las fronteras que nunca deberían haber sido flanqueadas, hundiendo los pies en el barro de las trincheras de la existencia, PoexBreccia avanzan sobre los territorios del castigo hasta enseñorearse sobre el palacio de la culpa. La mastican con violencia, escupiendo la angustia irredenta que llegó para quedarse. La comprensión del horror como un límite moral avasallado durante la vigilia, ese estado somnoliento que, aún siendo parte del día y de la noche, no pertenece a ninguno de los dos. Espacio de fantasía y realidad, concreto e imaginario, transición indefinida hacia algo diferente, justo en el momento mismo del estallido, del cambio.
Fernando Ariel García


El gato negro y otras historias (Colección Maestros x Maestros Vol. 3). Guiones: Alberto Breccia y Guillermo Saccomanno, en base a relatos de Edgar Allan Poe. Dibujos: Alberto Breccia. Portada: Alberto Breccia. Editor: Javier Doeyo. 64 páginas a todo color y en blanco y negro. Doedytores. ISBN: 978-987-9085-51-6. Argentina, julio de 2011.

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