martes, 15 de diciembre de 2009

EL CAMPITO: EL OTRO LADO

Verano de 1987. Ciudad de Buenos Aires, barrio de Flores. Luis, Pedro y Figaza son tres precoces adolescentes que dedican demasiadas energías a recuperar alguna especie de souvenir de aquellos que cayeron muertos, pisados por el tren que cruza el campito que da título al álbum. Este cruce de vías, omnipresente en el relato, sirve para estructurar dramáticamente la historieta de Diego Agrimbau y Hernán Gutiérrez que enfoca el tránsito de la niñez tardía al estadío previo a la adultez. Pero también opera como metáfora de los peligros, los riesgos y la toma de decisiones que conlleva el cruzar al otro lado. El avanzar, dejando (o no) lastres por el camino. El fin de la inocencia.
Una elección más que acertada para inaugurar la colección de coediciones entre el uruguayo Grupo Belerofonte y la argentina Loco Rabia. Porque El campito es, antes que un retrato de época, una crónica costumbrista bien rioplatense, un relato iniciático dónde lo que realmente cuenta es la crueldad inocente (o la inocente crueldad) que a los chicos les brota por los poros, en su desesperado avance a tientas hacia aquello que podríamos definir como “personalidad”. Hay comportamientos prepotentes, que parecieran ser los emergentes clásicos de las luchas de poder entre pares, para ver quién es más que el otro. Y juegos violentos. Y cierto aprovechamiento de los más débiles. Lo que a uno le pasa cuando va creciendo.
El despertar es el verdadero disparador de todo lo que pasa de importante en ese campito y sus alrededores cercanos. El despertar del deseo sexual, pero también los primeros contactos con la muerte y las primeras peleas importantes. Aquellas motivadas por asuntos de faldas. Faldas que, inevitablemente (al menos, en la ficción), llevarán a la traición y a las primeras decepciones. A las primeras acciones puntuales que van a definirnos cuándo adultos. El descubrimiento de la mujer como animal de presa, siempre a la caza, siempre un paso adelante del hombre. La hora de dejar atrás amigos, estilos de vida y comportamientos que parecían eternos.
El salto final a una década de distancia de los acontecimientos infantiles sirve para poner todo en perspectiva. Para ver quién despegó desde esos años de vivencias intensas. Pero, sobre todo, para entender a aquel que se quedó varado en la estación, solo, esperando el paso de un tren que partió hace mucho, obnubilado por una nostalgia maravillosa, fugaz e irrepetible.
Como el sexo de las libélulas.
Fernando Ariel García
El campito (Colección Charquito Nº 1)
Guión:
Diego Agrimbau
Dibujos: Hernán Gutiérrez
Grupo Belerofonte - Loco Rabia Ediciones
56 páginas en blanco y negro
ISBN: 978-987-24560-3-0

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